1)
No
utilices la cama ni el dormitorio para otra actividad que no sea el dormir. No
es aconsejable leer, ver la televisión, hablar por teléfono, preocuparte,
discutir con algún familiar o comer en la cama. La única excepción a esta regla
es que puedes tener actividad sexual en la cama
2)
•
Establece una serie de rutinas pre-sueño regulares para indicar que se acerca
el momento de acostarte: cierra la puerta, enchufa la cafetera, lávate los
dientes, conecta la alarma, etc. Realízalas todas las noches en el mismo orden.
Adopta la postura para dormir que prefieras y coloca tus almohadas y mantas
preferidas
3)
•
Cuando te hayas metido en la cama, se deben apagar las luces con la intención
de dormirte inmediatamente. Si no puedes dormirte en un rato (alrededor de 10
minutos), levántate y vete a otra habitación. Dedícate a alguna actividad
tranquila (son muy útiles las técnicas de respiración y relajación)
hasta que empieces a sentirte adormecido y, en ese momento, vuelve al
dormitorio para dormir
4)
•
Sí no te duermes en un período de tiempo breve, vuelve a repetir la secuencia
anterior. Házlo tantas veces como sea necesario durante la noche. Utiliza este mismo
procedimiento si te despiertas a mitad de la noche y no consigues dormirse
aproximadamente en 10 minutos.